2. El camino del aprendizaje

2. EL CAMINO DEL APRENDIZAJE.
Hay dos caminos de acercamiento al tarot, hay uno sencillo y abierto que cualquiera puede emprender, y otro mucho más complejo y cerrado, no abierto a todos.
EL primer camino es el que nos interesa aquí, un camino abierto, recogido en la mayoría de manuales dedicados a estos temas, y en los que prioritariamente se intenta contactar con nosotros mismos sacando a la luz aquello que está oculto, en nuestro subconsciente, y que hacemos aflorar para comprendernos y tratar de resolver nuestros problemas.
Para que esto sea posible se requiere un estudio y una aplicación como cualquier otra disciplina.
Primero estudio, luego práctica, y se hacen necesarias unas mínimas normas para sacar el máximo partido:
-Concentración en lo que se está haciendo, para ver dentro de uno mismo hay que estar lúcido.
-Un ambiente de tranquilidad y silencio en el que nos sintamos cómodos.
-Hacerlo en momentos del día donde nos encontremos ligeros, no hacerlo con el estómago lleno. La comida, el alcohol, el humo no favorece, en general.
-Es importante lavarse las manos antes y después de cada sesión, por higiene y pureza.
-Poner sobre la mesa un paño que no tenga colores muy fuertes para que no nos moleste al concentrarnos en cartas, aunque esto es a gusto de la persona.
-Que el lugar está bien iluminado siendo la hora del día muy determinante de cada persona, hay quien prefiere la luz del sol y las horas diurnas, pero también hay otras personas que se ven más inspiradas por la noche.
Con el tarot descubrimos nuestro mundo interior, despertando aquellas cosas que se creían olvidadas o que no sabíamos ni qué teníamos, es una forma de conocernos a nosotros mismos ya que las cartas nos revelan nuestra verdadera naturaleza. Es una forma de llegar a nosotros sin los mecanismos habituales de la estructura racional. Es el diálogo con nuestro interior a través de las cartas y sus símbolos y sus significados.
Se contemplan multitud de formas, ritos y convencionalismos para hacer tiradas de tarot, luego la práctica es la que cada uno nos imponemos y según avanzamos nos gustarán horas del día, una ropa determinada, una luz agradable, música de fondo o silencio…
Requiere estudio y una práctica constante, enriqueciéndose su conocimiento con interpretaciones y experiencias que se acumulan dando lugar a nuestras propias conclusiones.

El segundo camino que se plantea al comienzo es aquel que ya se recorre cuando el anterior se ha asimilado, se produce una especie de transformación que cambia incluso el sentido de nuestra existencia.
No vamos a hablar de él aquí pues implica una profundización y un conocimiento exotérico que podría poner en peligro el primer camino si éste no se conoce sobradamente.
El primer camino es una llave hacia el segundo, pero si mezclamos podemos correr el riesgo de mezclar, confundir y enmarañar todo, haciendo del estudio del tarot algo farragoso y difícil.
Primero hemos de comprender lo que es el tarot, aprender a utilizarle, estudiarle como herramienta que nos ayuda a aflorar elementos internos y tapados a nuestro lado consciente, entender su simbología, aprehender sus significados, interpretar sus imágenes y desarrollar la capacidad de relacionar y crear nuevos significados.
Una vez que esto se domina podemos introducirnos en el siguiente camino donde se profundiza en esta práctica y donde se interrelaciona con otras disciplinas.